Los pavimentos de hormigón pulido los encuentras hoy en día en multitud de instalaciones debido a que su apariencia visual es muy atractiva, dando sensación de limpieza y continuidad.
Por lo tanto, su apariencia estética, durabilidad y mantenimiento sencillo son motivos suficientes para que su uso sea tendencia tanto en zonas interiores (almacenes, centros comerciales e industriales), como en zonas de exterior (pistas deportivas, aparcamientos, centros comerciales, alrededores de piscinas, etc).
¿Qué es el hormigón pulido?
El hormigón pulido es el resultado de extender, nivelar y fratasar una solera de hormigón. Finalmente, sobre la superficie fresca se añaden unos aditivos y productos químicos endurecedores que le dan consistencia.
Al resultado de la operación anterior y en función del acabado y uso que se quiera dar al pavimento, se pule y lija hasta obtener un aspecto decorativo y elegante.
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Mucha gente pregunta ¿cuál es la diferencia entre un suelo de hormigón impreso y pulido?, la respuesta es simple, ambos son pavimentos con una alta resistencia que se diferencian en el acabado de la capa de rodadura.
Los pavimentos de hormigón pulido, como su propio nombre indica, están pulidos en su superficie con una máquina quedando completamente lisa, sin rugosidades. Sin embargo el impreso es rugoso y se aplica un molde con el objeto de conseguir determinadas formas geomericas y dibujos.
Ventajas
Entre las numerosas características y propiedades de un pavimento de hormigón pulido destacan las siguientes:
- Ahorro en costes: una de las principales razones por la cual empresas, instituciones de gobierno y clientes de todo tipo reforman su vivienda deciden utilizar este material es por la relación calidad precio del hormigón pulido.
- Altamente resistente: la durabilidad está asegurada si lo aplica un profesional cualificado. A diferencia de otros materiales, es impermeable, no se astilla, ni agrieta y soporta a la perfección altas cargas y todo tipo de condiciones meteorológicas adversas (agua, nieve, hielo).
Por este motivo se coloca en zonas de trabajo que necesitan soportar mucho peso como maquinarias industriales. - Bajo mantenimiento: al ser un suelo pulido, impermeable, contínuo y sin grietas, la limpieza es muy sencilla al no acumular suciedad en cualquier rendija o rugosidad. Los suelos de hormigón pulido resisten durante años la acumulación de grasa, detergentes y productos químicos.
- Decorativo si además de lo anterior le sumas que puedes aplicar cualquier color o colores personalizados a la capa de rodadura y crear composiciones con otros materiales completamente distintos, tienes un material perfecto para numerosas aplicaciones.
Fotos de hormigón pulido en exterior e interior
A pesar de que la mayoría de suelos industriales, comerciales o particulares se suelen instalar del color natural del cemento, es decir, gris, no quita para que puedas elegir otros tonos más adecuados al entorno de instalación.
Detalle de un suelo de hormigón pulido
La aplicación de un pavimento de hormigón pulido es un proceso similar al impreso que se hace en 4 fases como puedes apreciar en la imagen. La actuación correcta en cada una de ellas es crucial para obtener un acabado final de calidad.
1. Preparar el terreno
Para comenzar el trabajo lo primero que hay que hacer es preparar la base sobre la que vas a poner el suelo de hormigón pulido.
Es necesario limpiar, nivelar y compactar la superficie, de esta forma te aseguras que no surjan problemas derivados del asentamiento y movimientos del terreno.
2. Colocar plástico de polietileno
Se trata de una capa impermeabilizante cuya su función es ejercer de barrera de vapor contra la humedad que se transmite por capilaridad entre el terreno y el hormigón pulido.
Material barato donde los haya, así que no conviene ahorrar en este aspecto y ponerlo.
3. Juntas de construcción
Sirven de separación entre dos o más superficies de trabajo que se realizan en distintas fases. Estas juntas son prácticamente inevitables a no ser que el suelo de hormigón pulido del proyecto sea de pequeñas dimensiones.
También absorben las cargas móviles, gradientes térmicos y dilataciones y protegen el borde superior de los suelos de hormigón pulido (según la forma que tengan).
4. Hormigón, mallazo y fibras
Toca el vertido del hormigón, pero previamente hay que conformar el armado, compuesto de un mallazo electrosoldado (varillas de metal soldadas en cuadrícula) o también se puede utilizar hormigón mezclado con fibras de polipropileno o acero.
Esta estructura evitan las fisuras en el hormigón pulido por retracción y contracción térmica.
Aunque la solución idónea serían utilizar las dos: mallazo y fibras. La utilización únicamente de fibras facilita el trabajo de forma considerable.
Con armado preparado se inicia el vertido del hormigón desde una esquina y si está en pendiente desde la parte más baja para luego repartirlo uniformemente con un rastrillo y finalizar llaneando la superficie del suelo.
5. Capa de rodadura
Compuesta básicamente por áridos minerales y cementos especiales a los que se añaden coloraciones para conseguir acabados a la carta. A veces también se mezclan partículas metálicas que garantizan una mayor defensa frente a las abrasiones.
Los tipos de áridos y el porcentaje aplicado juegan un papel muy importante en la mezcla, ya que determinan la resistencia y dureza del pavimento de hormigón pulido que se pisa.
Entre las propiedades que se consiguen destacan:
- Resistencia al desgaste y al impacto.
- Resistencia mecánica de la superficie.
- Incrementa la durabilidad respecto al hormigón convencional.
- Evita la formación de polvo.
- Superficies con alta densidad y baja porosidad.
- Mayor impermeabilidad en algunos casos.
Para finalizar, una vez que el proceso de fraguado ha terminado, los suelos de hormigón hay que pulirlos con una máquina industrial. El resultado final es un pavimento liso, antiestático, brillante y de larga duración.